‘Pobo 'Tzu' - Noche blanca’ de Tania Ximena y Yollotl Gómez: El sueño de desenterrar el viejo hogar.

¿Cuál fue la primera noticia que tuvieron de la población de Esquipulas Guayabal? ¿Qué les interesó de esta historia para hacer una película?

Esto nos llevó siete años más o menos, por lo menos tres y medio fueron de investigación. Empezamos a hacer grabaciones con una cámara pequeña, a hacer entrevistas y ver los espacios, así fuimos encontrando la historia. 

Es un terreno muy amplio y quedaron enterradas alrededor de 16 poblaciones por la ceniza, Esquipulas Guayabal es solo una de ellas. El volcán lo conocí por el Instituto de Geofísica, lo empezamos a trabajar en conjunto con Yollotl, con las entrevistas nos apoyamos para la investigación, pero fue hasta que llegamos al volcán que nos impresionamos y lo que más nos impresionó era la parte social.

Desde el inicio nos hablaron sobre Pyowa tyzu’we, que es la dueña del volcán, la mujer que arde. A Esquipulas llegamos por Román [Díaz Gómez], uno de los personajes y con quien inicia la película. Román desgraciadamente falleció el año pasado, él nos introdujo al conflicto que había por la recuperación de tierras y la intención de volver a fundar el pueblo. Él nos presentó con personas del pueblo y todo se trabajó siempre por asamblea

.Después conocimos a Trinidad [Díaz Arias], quien nos enseñó la cosmogonía zoque, que se fue amalgamando con su poesía. Nos enseñó la parte histórica y la importancia de la recuperación de la memoria. Sus poemas después los editamos y muchas imágenes de sus poemas están en la película. 

Se habla de la pureza del documental, cómo busca la realidad y la registra. En Pobo Tzu hay una ficcionalización, lo que están filmando sí ocurrió, pero también hay una propuesta de imagen o de acciones que ayudan a contar la historia. ¿Qué piensas de este debate? ¿Cómo fue su decisión creativa?

Todo documental está ficcionando, tú estás escogiendo qué cosas entran en él y qué no, además hay situaciones creadas o que se busca que sucedan porque es una decisión estilística.

Se plantearon situaciones base que son claves, como el desentierro del pueblo, que era una gran acción que iba a detonar otras cosas. Sabíamos que es un ejercicio de memoria y se va armando con sus sueños, testimonios o lo que hablaban, esa fue la parte central, detonar situaciones. 

Además teníamos varias reglas, como intentar alejarnos de los talking heads y de la voz en off lo más posible. Eso sí podría estar vinculado a nuestra formación artística, una especie de performance colectiva. Fuimos grabando todo lo que ellos hacían, lo que iban pensando y recordando.

Yollotl y tú son artistas visuales, se puede adivinar las áreas donde estaban más cómodos cada uno pero, ¿cómo se coordinaban para codirigir y sacar adelante el proyecto?

Al inicio solo estábamos él y yo, yo levantaba sonido y él imagen. Yollotl es el fotógrafo, entonces yo me enfocaba en lo que estaba sucediendo. Yollotl es muy clavado en lo técnico y en la imagen, y eso se ve en el resultado de la imagen. Yo me enfoque en otras cosas, en construir desde el diseño de producción, con el trabajo con la comunidad, con objetos, dibujos, incluyendo los sueños. 

Muchas cosas las habíamos planteado desde antes, pero había otras que llegaron a suceder y necesitábamos poner atención a eso. Por ejemplo, la misa fue algo que sucedió durante el rodaje, la Danza del Tigre también. Me la propusieron y moví todo desde el diseño de producción para grabarla, porque la última vez que se había hecho fue antes de la erupción, 38 años atrás. 

El documental está hablado en zoque, ¿cómo fue este trabajo con la comunidad, contaban con un traductor o ustedes aprendieron la lengua? 

Para nosotros era importante que hablaran en zoque, cada vez lo hablan menos jóvenes y lo natural es que entre ellos hablen en zoque. 

Todo el tiempo que estuvimos ahí fuimos aprendiendo palabritas, a veces podíamos detectar algunos momentos, pero sí había un traductor simultáneo todo tiempo. 

De hecho Trinidad fue traductor en las partes donde él no estaba en cámara, su traducción era muy poética. La traducción siempre cambia porque es una interpretación y dependía justo de quién la estaba haciendo.

‘Pobo 'Tzu'  forma parte de un proyecto para crear un museo comunitario, ¿qué opina el pueblo Esquipulas Guayabal del documental? 

Durante todo el tiempo en el que estuvimos trabajando hicimos todo tipo de intercambios, por ejemplo hicimos una investigación para apoyar a hacer una cooperativa de turismo. El volcán está dentro de su ejido y la intención es recuperar este espacio para un sendero geoturístico. 

Empezamos a colaborar con vulcanólogos como la doctora Mariana Patricia, quien ha sido una colaboradora esencial y ha apoyado mucho a la creación de esta cooperativa en cuestiones de riesgo volcánico, trabajo con protección civil, etcétera.

Esperamos que la película ayude a que se pueda conformar este nuevo museo de sitio, un museo abierto que se da a través de la excavación, interesante en muchos sentidos, tanto científicos como sociales o turísticos. 

Trinidad ya vio el documental porque con él revisamos la traducción. Queremos presentarlo allá, no lo hemos logrado por cuestiones logísticas, apenas podamos conseguir los recursos y el equipo, porque hay ciertas limitantes técnicas como que allá no hay luz, pero definitivamente es muy importante que se vea allá y el hecho de que esté en zoque para ellos es mucho mejor.

 * Entrevista y redacción de Aylin Colmenero.