De pronto melodrama, de pronto comedia, también cine urbano que se escapó a la playa, La vida es, de Lorena Villarreal, se presenta como un enérgico ejercicio de los desafíos, las oportunidades, los afectos que rodean a un grupo de mujeres en la mediana edad.
Con un elenco que encabezan con gran fuerza Natalia Plascencia y Naian González Norvind, a quienes acompañan Paulina García, Geraldine Zinat y Rubén Ochandiano, La vida es propone, desde el ahogo, un escape hacia valorar lo importante de la vida: familia, afectos, compañía, vinos, gatos y pianos.
La vida es tuvo su estreno en el 40 Festival Internacional de Cine de Mar de Plata. Buena oportunidad de platicar con Lorena Villarreal sobre esta película tan explosiva como cálida.

Vienes de películas de misterio y terror, como Las lloronas y Silencio, ¿cómo se da el viraje a una historia más familiar?
Mi madre me introdujo al cine, su género favorito eran las comedias. Este tipo de película es distinto a lo que había trabajado antes, pero ciertas cosas las unen: Las lloronas también era un grupo de mujeres. Fue explorar el tema femenino desde otra perspectiva.
Pensé: “¿por qué no explorar esto?” Quería hablar sobre mujeres: lo que sucede al atravesar la media edad, desde el punto de vista de una mujer. Existen tantos contrastes en la vida en ese momento ,y verlo desde la perspectiva de una mujer tiene una complejidad inmensa; me preguntaba cómo traducirla de forma que se comprenda y ahí estuvo el reto.
Quise trabajar con más libertad, darnos el tiempo de construir a los personajes y que fuera colaborativo. Sumé gente que le pusiera alma a este proyecto y siento que se traduce, porque mi intención era que se sintiera muy natural.
Resalta la conformación de familias no tradicionales, las tías o las parejas de las protagonistas vienen de espacios distintos a los reconocibles.
Exploramos a una familia dentro de un formato no tradicional. Mi intención era presentarlo desde un punto de vista no tradicional; aquí las madres de Nora son sus tías, ellas la criaron. No es la figura biológica la que rige, sino el cariño. Y no tiene que ver con que sea la madre directa o si son adoptadas; se pueden tener esos lazos de una forma distinta.
Veía a Nora, tu protagonista, y pensaba que podía ser un alter ego, pero después ves a sus compañeros de andanzas y pensaba que la suma de los personajes posiblemente lo convierte en un alter ego generacional...
El casting fue extenso; era importante no tener prisa, sino darnos el tiempo de encontrar a las personas ideales para los personajes.
Lo que buscaba, en distinto grado con cada uno de los actores, era qué pueden incluir para enriquecer y moldear a los personajes. Fue sucediendo en el camino y fue muy lindo, porque logramos una conexión muy especial.
Nos dimos tiempo para que las mujeres tuvieran una semana, porque son el pilar de la historia. Después, vino una tormenta en Tijuana que nos separó un día y medio; cuando las volví a ver, ellas estaban conectadas… Algo se dio de manera natural y siguió, porque hasta ahora existen esos lazos entre nosotras. No siempre se encuentra eso y creo que fuimos muy afortunados en encontrar al equipo creativo y al talento que terminó trabajando en conjunto.
Es una película interesante visualmente. Hay un destacado uso de vitrales, luces robóticas, juegos circulares que le dan una dimensión particular a las historias de Nora, Ely, sus tías, sus amistades...
Buscaba un estilo dinámico y fluido, quería que se sintiera una apertura visual. Siempre le decía a mi equipo de foto: “vamos a bailar con la cámara”; por eso el uso del steady es considerable, era casi una coreografía y había planos secuencias donde seguían sucediendo cosas, mientras te movías de una locación a otra.
Nada es estático, queríamos algo de 360 porque para mí, eso nos hace estar inmersos en la historia.

Llama la atención tus locaciones en Baja California, ¿qué le daba a tu historia esta región entre Tijuana, Rosarito y Ensenada?
La gente que ha ido y que conoce la región lo va a reconocer pero no estamos diciendo en dónde estamos.
Yo antes fui varias veces a la región y me enamoré porque es espectacular. ¿Dónde más encuentras la costa y al poco tiempo la región de los viñedos? Se entiende cómo es vivir ahí, qué es estar en un momento en la costa con un atardecer y en poco tiempo ya estás en estas montañas preciosas.
Pudo haber sido en otro lugar y el personaje pudo haberse dedicado a otra cosa, pero la cultura del vino era algo que quería explorar, un tema personal que me gusta mucho la región para ilustrar esto.
Tu primera presentación de esta película ocurre en el Festival de Cine de Mar de Plata, ¿qué expectativas hay de mostrar La vida es en este foro?
Estamos orgullosas y contentas de que lo vamos a presentar en Mar del Plata, ya tenemos ganas de llegar a México y hacer el estreno en casa también.
Aunque es una historia mexicana, al mismo tiempo es diversa e incluyente de todo Iberoamérica, llega a conectar. Lo que me dicen son muy lindos los contrastes que presentan los personajes y no los quieren soltar. Es un honor presentarla aquí, porque siento que el cine nos une.

La vida es (México, 2025). Dirección: Lorena Villarreal. Producción: Tulip Pictures, Barraca Producciones, Infinity Hill en asociación con Kelly Films. Película apoyada por Eficine. Productores ejecutivos: Glenn Garland, Naian González Norvind, Phin Glynn, Cindy Teperman, Delfina Montecchia, Adrián Geyer, Janeth Aguirre, Paloma Cabrera. Producción: Lorena Villarreal, Darian de la Fuente, Axel Kuschevatzky, Denisse Chapa. Guion: Lorena Villarreal, Ian Martin. Cinefotografía: Matías Goth. Diseño de producción: Linda Naitze Ruiz. Edición: Joel Salazar. Supervisión musical: Thomas Golubic. Música original: Jesse Voccia. Diseño sonoro: Frank Gaeta. Elenco: Paulina García, Naian González Norvind, Natalia Plascencia, Rubén Ochandiano, Geraldine Zinat.